martes, 18 de agosto de 2015

La asociación de artesanos Ñuflo de Chaves es una de las más antiguas en Santa Cruz.

Un artesano crea objetos, por ello debe tener cierta destreza y habilidad para la realización de su trabajo. Las obras que produce pueden tener un valor estético o utilitario. En Santa Cruz y el resto del país son muchas las personas que trabajan en este rubro, en algunos casos lo heredan de sus padres y abuelos, como una tradición familiar. Julio La Fuente, el protagonista de hoy, fundó la Asociación de Artesanos Ñuflo de Chaves, una de las más antiguas en la capital cruceña. "Se hizo las gestiones correspondientes para poder tener un espacio donde se pueda ofertar y mostrar los productos que fabricamos", contó. También destacó que se tienen buenos talladores y tejedoras pero hace falta la complementación de un apoyo técnico. Ahora se refiere al momento que vive el sector en la región.

¿Cúal es la realidad de este sector en la región?
J.L.F.: La situación del artesano es que el 80% de los mismos carecen de un mercado artesanal. Tampoco existe la capacitación técnica como en otros departamentos, como por ejemplo en La Paz que tienen el Centro Artesanal en San Francisco y en Cochabamba el de San Antonio.

¿Se les brinda el espacio suficiente?
J.L.F.: El espacio con el que se cuenta se lo ha conseguido hace un año, ahí estamos los artesanos que conformamos la asociación y también se brinda espacio a los 600 artesanos de la cárcel de Palmasola, porque vemos que estos trabajadores están muy marginados.

¿Cuántos son los integrantes que conforman esta sociedad?
J.L.F.: En la asociación somos cerca de 38 artesanos, eso agregado a los 600 con los que trabajamos desde el penal de Palmasola. Ellos trabajan en el interior de la cárcel de manera comunitaria, pero de nada les sirve producir si no cuentan con un espacio para poder mostrar y comercializar sus productos, porque existen muy buenos artesanos en todos los rubros.

¿Cuál es el apoyo que brinda la asociación al artesano en Santa Cruz?
J.L.F.: Tratamos de pelear y buscar espacios para que los artesanos puedan mostrar sus trabajos. Antes no había espacio para todos en las ferias, pero ahora esto ha cambiado y ya no tenemos compañeros marginados. Ahora queremos terminar el paseo artesanal y luego plantear en el Concejo Municipal que se los capacite.

¿Es rentable esta labor en la actualidad?
J.L.F.: No es rentable, pero ayuda a sobrevivir. Existen muchos que han tenido que emigrar a España, Chile y otros países para buscar un mejor horizonte en el tema laboral. Tanto hombres como mujeres realizan trabajos destacados en el campo de la artesanía.

¿Reciben ayuda de las autoridades?
J.L.F.: Sí, y lo hacen con ferias esporádicas cada tres meses, ya sea en el Parque Urbano o la Manzana 1. Otra cosa es que participan pocos artesanos en estas ferias. Por ejemplo, de los 300 artesanos que conformamos las diferentes asociaciones en Santa Cruz, solo participan cinco por asociación y los demás quedan relegados. Se debería apoyar para que participen todos.

¿Sienten qué su trabajo recibe el aprecio adecuado?
J.L.F.: Tanto como el público local como extranjero aprecia el trabajo que realiza el artesano en la actualidad. Por ejemplo, el visitante que llega de afuera es más exigente porque piden más calidad tanto en la materia prima como en el acabado. Lamentablemente Santa Cruz es uno de los pocos departamentos de Bolivia donde se exportan artesanías, como lo hace Potosí y La Paz, entre otros. Ellos exportan, incluso, mediante convenios internacionales pero los artesanos cruceños nos vemos postergados en ese aspecto.

¿Existe competencia dentro del rubro?
J.L.F.: No, porque cada uno tiene su rubro. Por ejemplo, hay quienes que se dedican a hacer en el trapiche y hay otros compañeros que hacen puros tallados. Entonces no se puede decir que entre nosotros mismos existen competencia, es más si por ejemplo existe el pedido de un trabajo grande, nos unimos y entre todos lo ponemos en marcha para entregarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario